Rescatando los planteamientos e ideas de Vigotski, que dan sustento a la teoría Socio-constructivista; en donde el aprendizaje se considera como un proceso personal de construcción de nuevos conocimientos a partir de los saberes previos de los sujetos que intervienen en el acto educativo, pero que además, toma en cuenta el medio ambiente en el cual se desarrolla dicho proceso.
Desde esta perspectiva el aprendizaje se desarrolla a partir de las interacciones sociales entre los sujetos, ya que se produce de manera más fácil en situaciones colectivas, por ejemplo, las que se establecen con los maestros, compañeros de clase y padres de familia, puesto que se constituyen como mediadores que guían al estudiante a desarrollar sus capacidades cognitivas y en donde el lenguaje juega el papel principal para el proceso de aprendizaje.
Otra de las aportaciones de esta teoría es el reconocimiento de la Zona de desarrollo próximo, que se define como “la distancia entre el nivel del desarrollo, determinado por la capacidad para resolver independientemente un problema, y el nivel de desarrollo potencial, determinado a través de la resolución de un problema bajo la guía de un adulto o con la colaboración de otro compañero mas capaz.”, todo esto constituye una serie de andamiajes o herramientas por los cuales el sujeto puede alcanzar la construcción de un conocimiento.
De esta forma, podemos entender que el aprendizaje es una actividad propia de los sujetos, condicionada por dos tipos de mediadores: las herramientas (técnicas) que son las expectativas y conocimientos previos del alumno que los transforma en estímulos informativos que le llegan del contexto; y los símbolos, (herramientas psicológicas) que son el conjunto de signos que utiliza el mismo sujeto para hacer propios dichos estímulos.
Por esta razón, Vigotski señala que el desarrollo intelectual del individuo no puede entenderse como independiente del medio social en el que está inmersa la persona, por el contrario, están estrechamente relacionados e influenciados, de tal modo que el dominio progresivo de la planificación y autorregulación de la actividad humana reside en la incorporación de la cultura, en el sentido del aprendizaje de uso de los sistemas de signos o símbolos que los hombres han elaborado a lo largo de la historia, especialmente el lenguaje.
Todos estos elementos nos permiten entender con mayor claridad lo que es una competencia, pues el conjunto de conocimientos, habilidades, destrezas y valores que la componen tienen que ser contextualizados para dotarlos de un significativo cultural y personal, pues es cada sujeto quien le imprime un sello particular a la competencia. El tener la capacidad de movilizar los recursos cognitivos y experienciales idóneos para la solución de un problema, es una experiencia verdadera de aprendizaje.
Desde esta perspectiva la función docente radica en escoger y presentar una serie de escenarios en donde los jóvenes logren construir en la interacción social del aula los andamiajes cognitivos necesarios para posteriormente trasladarlos a su vida cotidiana y adecuarlos a los diferentes contextos en los que actúan.
Desde esta perspectiva el aprendizaje se desarrolla a partir de las interacciones sociales entre los sujetos, ya que se produce de manera más fácil en situaciones colectivas, por ejemplo, las que se establecen con los maestros, compañeros de clase y padres de familia, puesto que se constituyen como mediadores que guían al estudiante a desarrollar sus capacidades cognitivas y en donde el lenguaje juega el papel principal para el proceso de aprendizaje.
Otra de las aportaciones de esta teoría es el reconocimiento de la Zona de desarrollo próximo, que se define como “la distancia entre el nivel del desarrollo, determinado por la capacidad para resolver independientemente un problema, y el nivel de desarrollo potencial, determinado a través de la resolución de un problema bajo la guía de un adulto o con la colaboración de otro compañero mas capaz.”, todo esto constituye una serie de andamiajes o herramientas por los cuales el sujeto puede alcanzar la construcción de un conocimiento.
De esta forma, podemos entender que el aprendizaje es una actividad propia de los sujetos, condicionada por dos tipos de mediadores: las herramientas (técnicas) que son las expectativas y conocimientos previos del alumno que los transforma en estímulos informativos que le llegan del contexto; y los símbolos, (herramientas psicológicas) que son el conjunto de signos que utiliza el mismo sujeto para hacer propios dichos estímulos.
Por esta razón, Vigotski señala que el desarrollo intelectual del individuo no puede entenderse como independiente del medio social en el que está inmersa la persona, por el contrario, están estrechamente relacionados e influenciados, de tal modo que el dominio progresivo de la planificación y autorregulación de la actividad humana reside en la incorporación de la cultura, en el sentido del aprendizaje de uso de los sistemas de signos o símbolos que los hombres han elaborado a lo largo de la historia, especialmente el lenguaje.
Todos estos elementos nos permiten entender con mayor claridad lo que es una competencia, pues el conjunto de conocimientos, habilidades, destrezas y valores que la componen tienen que ser contextualizados para dotarlos de un significativo cultural y personal, pues es cada sujeto quien le imprime un sello particular a la competencia. El tener la capacidad de movilizar los recursos cognitivos y experienciales idóneos para la solución de un problema, es una experiencia verdadera de aprendizaje.
Desde esta perspectiva la función docente radica en escoger y presentar una serie de escenarios en donde los jóvenes logren construir en la interacción social del aula los andamiajes cognitivos necesarios para posteriormente trasladarlos a su vida cotidiana y adecuarlos a los diferentes contextos en los que actúan.
No hay comentarios:
Publicar un comentario